Subimos hasta el Castillo del León, un lugar en la montaña donde iba a jugar de pequeña, en el que las rocas hacen, que con un poco de imaginación, veamos un castillo con sus habitaciones, cocina, almenas, bañera…
Pusimos ese nombre porque desde lejos, parece la cabeza de un león
De cerca y desde uno de sus lados, más bien parece la cabeza de un perrito.