Si digo que tengo una Casa Mágica, no me lo invento: es
mágica porque atrae siempre a gente estupenda.
Nos visitaron amigos de Madrid, de Talavera y de Aranjuez.
Fue un fin de semana muy bien aprovechado: hicimos tres
fiestas Zumba a distintas horas, una sesión de estiramientos dirigida por
nuestro amigo Juan de la Rosa (un auténtico sabio), compartimos nuestras
inquietudes con tertulias junto a la chimenea y en el jardín (hizo un día
esplédido para gozar del aire libre), hubo masajes, paseos, recogida de leña,
ecoturismo: limpieza en el Chorrillo y el pequeño Álvaro nos hizo reír con su
soltura para el baile (con tan sólo 3 añitos)
La luna casi llena, cuando volvíamos de uno de los paseos